Escaneado e impresión 3D para conservar el patrimonio

Ha habido un gran revuelo alrededor de la impresión 3D en los últimos años; sin embargo, no siempre es fácil ver las aplicaciones prácticas de la tecnología, particularmente para las industrias del patrimonio y el arte. Paralelamente, se están destruyendo monumentos que representan un recordatorio físico del mundo antiguo y dan una idea de cómo vivían nuestros antepasados y las tecnologías de fabricación aditiva están permitiéndonos experimentar la historia y el arte desde una nueva perspectivas.

Se utilizan una gran variedad de técnicas de imagen, desde la fotogrametría hasta el escaneo láser aéreo (LiDAR), para crear modelos tridimensionales de puntos de referencia que tienen miles de años de antigüedad. Los modelos se crean al rebotar la luz láser de las superficies de los monumentos. Cuando esto sucede, los escáneres 3D miden y registran millones de puntos por segundo. Estos escaneos digitales tienen una precisión de unos pocos milímetros. Se usan para crear un conjunto de datos 3D detallado de la estructura.

Más tarde, los estudiantes y cualquier persona interesada pueden acceder a los datos, que también se pueden explorar completamente a través de un casco de realidad virtual. Pero los usos del escaneado y la impresión 3D en el mundo del patrimonio artístico no acaban aquí.

Si un objeto se pierde y se descompone, la tecnología 3D permite crear una copia basada en fotografías, descripciones escritas e interpretaciones artísticas para obtener una representación visual de un objeto destruido hace miles de años o volver a sintetizar un objeto que puede haber sido perdido hace algunas décadas o siglos. Esto podría ser una ayuda significativa para aprender sobre nuestro pasado y la forma en que se desarrollaron las diferentes culturas, lo cual es particularmente relevante hoy con el surgimiento de ISIS y su intención de destruir sitios culturales y museos en Irak y Siria.

En 2015, el grupo militante ISIS redujo a escombros algunos de los sitios del patrimonio mundial más antiguos y valiosos. El al-Lat Lion, que estuvo en la ciudad siria de Palmyra durante unos 2.000 años, fue demolido. ISIS también destruyó el Templo de Bel en la ciudad y fue responsable de la destrucción de varios otros puntos de referencia. A través del uso de la impresión 3D poco a poco han conseguido recuperarlos. Lo más destacable ha sido el Arco del Triunfo, con sus 6 metros de altura y sus 11 toneladas, esta réplica se realizó en 6 horas a partir de imágenes en 2D del monumento original. Así pues, además de las ventajas culturales para mantener viva nuestra historia, es también un gran ahorro en los costosos procesos de restauración.

Pero no son solo los conflictos humanos los responsables del daño causado al patrimonio mundial. En abril de 2015, un gran terremoto en Nepal mató a más de 8,000 personas y aniquiló muchos de los hitos culturales de la nación. El deterioro y la descomposición también son procesos inevitables para las obras a pesar de nuestros esfuerzos para almacenarlos correctamente y tratarlos con cuidado. La impresión 3D nos permite tener réplicas detalladas de objetos únicos y raros para que puedan ser estudiados y apreciados sin ayudar al proceso de descomposición. La tecnología también permite que las réplicas sean rígidas y capaces de soportar un manejo regular, mejorando así la experiencia de ir a un museo disminuyendo la cantidad de objetos detrás del vidrio.

Las tecnologías 3D también dan vida a nuestros antepasados, como detalla Lucía C. en su artículo para 3DNatives. En Perú un equipo de arqueólogos, antropólogos, científicos forenses, dentistas e ingenieros de tecnología 3D logró recrear a la primera mujer líder de la civilización Moche. Encontraron sus restos momificados en 2006 y digitalizaron su cuerpo para luego recrear una archivo en 3D utilizando software especializado y técnicas de antropología forense. Finalmente imprimieron su reproducción con una impresora SLA.

Las galerías de arte y los museos también se animan cada vez más a digitalizar sus colecciones, poniéndolas a disposición de los entusiastas del arte y del patrimonio en todo el mundo. Si bien es una práctica actual publicar una serie de fotografías de un objeto en línea, la tecnología 3D puede llegar a ser un recurso aún mayor. La capacidad de estimular los sentidos aún más con escaneos cada vez más precisos y detallados enriquece la experiencia de visualización digital.

Es por eso que la tecnología 3D puede tener un gran impacto en la educación dentro de una variedad de disciplinas diferentes. Desde lecciones de tecnología 3D hasta una clase de egiptología donde los niños pueden crear un modelo impreso en 3D de la Esfinge en Giza, aprender cómo y por qué se construyó, qué representa o incluso desarrollar su creatividad pintando la esfinge para representar cómo pudo haber aparecido en el antiguo Egipto. Otras aplicaciones incluyen representaciones estéticas y funcionales de órganos, mapas detallados, arquitectura, esculturas, diseño de productos y muchos más. Las posibilidades son casi infinitas.

Por otro lado, la utilización de las tecnologías 3D está siendo cada día más difundida entre los museos y fundaciones que buscan restaurar y descubrir piezas dentro de sus colecciones. Por eso nace Scan The World, una plataforma construida por la comunidad que comenzó en 2014 como una forma de acercar el arte a todo el mundo usando tecnologías rentables de escaneo e impresión en 3D.

Como ellos mismos nos explican en su página, cada objeto agregado a la biblioteca Scan the World se origina a partir de datos escaneados compuestos por una serie de alrededor de 50 fotografías superpuestas en un proceso llamado fotogrametría.
En este video podéis ver en qué consiste esta genial iniciativa:

 

Nosotros hemos impreso muchas de las obras que están colgadas en este repositorio con nuestra Entresd Up Box+

Y para finalizar, el Museo Nacional del Prado de Madrid, ha lanzado una iniciativa para que algunas de sus pinturas del museo sean accesibles a personas con discapacidad visual. A partir de ahora los invidentes que visiten el museo del Prado podrán tocar las reproducciones de las obras de arte. Estas réplicas han sido impresas en 3D con la finalidad de acercar la pintura a personas con discapacidad visual para que estas puedan recrearlas mentalmente.

Gracias a la ayuda de colaboradores con discapacidad visual, el museo permite que réplicas de las obras de arte sean tocadas permitiendo a estos percibir los volúmenes y texturas de las diferentes pinturas representadas y así poder recrearlas en sus mentes.

La técnica utilizada para marcar los volúmenes y texturas de las pinturas, antes de llevar a cabo la impresión 3D, es la denominada técnica Didú, la cuál necesita casi 40 horas de trabajo para cada imagen. Una vez este proceso es terminado y estas características bien definidas, se pasa a la impresión 3D con una tinta especial, como explican en Createc3D.